Suite francesa

 ‘Novela excepcional escrita en condiciones excepcionales’.

Una imagen: la sesión ha finalizado y me despido de mis contertulias. Cuando apenas unos pasos me separan físicamente  de ellas, pequeñas burbujas comienzan a pulular en derredor mío. Burbujas que estallan dejando palabras sueltas, ideas, sentimientos...extiendo mis manos intentando acogerlas a todas en este momento en el que son esculpidas a golpe de cincel para hacer honor a esta maravillosa escritora que la sinrazón del nazismo impidió brillar en su justa luz.

Arribo, pues, a estas líneas, con una sensación de doble pérdida: la humana, por un lado, y la del talento, por la otra. En efecto, Irène Némirovsky pertenece a esas autoras que dejan huella.

La obra que nos ocupa, ‘Suite francesa’, cuyo título hace gala de una mordaz ironía, está dividida en dos partes. En la primera, ‘Tormenta en junio’, se narra el éxodo del pueblo francés -ante la llegada de los alemanes-, a través de la figura de varias familias y personajes, así como la agitación y el caos derivado del mismo. Abundan los personajes patéticos, miserables, preocupados por sus pertenencias; en la segunda,  ‘Dolce’, la autora nos traslada a una pequeña aldea habitada por una familia aristocrática, por terratenientes, comerciantes, campesinos y la ocupación de los alemanes en esa zona, ya de forma más específica, así como las relaciones que se entablan entre aquellos y éstos, y los sentimientos que albergan unos y otros.

Es una incógnita por qué no describió la discriminación que, a buen seguro, vivió sino una suerte de historia narrada como espectadora, en la que se suceden personajes, cada cual con su historia de vida pero yendo a devenir en el mismo punto, el punto de la circunstancia histórica que les tocó vivir. Divagando sobre esto he llegado a la ‘conclusión’ de que esta novela es también un acto de generosidad para con sus hijas. Para qué les iba a describir lo que sufría, el mundo sabría, al fin y al cabo, lo que sucedió…y, por otra parte, la escritura debió ser para Irène como un bálsamo frente a los acontecimientos. Ser capaz de crear una historia como esta ante un entorno tan hostil nos habla también de su calidad como escritora.

Por otra parte, a lo largo de esta tertulia diríase que hemos hilado un collar de muchas y consensuadas cuentas con ‘Suite francesa’ como, por ejemplo, lo conmovedora de su biografía a la par que de su obra; la capacidad de describir el aspecto miserable y cruel del ser humano; la capacidad de presentar personajes dispares sin perder el hilo de la historia, con la dificultad que ello entraña; la postura neutral frente al pueblo judío; la calidad de su narración, lo potente de sus descripciones, que permiten hacerse una composición de la escena cual si de una imagen se tratara; la capacidad de la autora para no dejar de percibir lo que está ocurriendo de positivo por lo negativo (cuando describe, de forma magnífica, la belleza de un cielo, por ejemplo); la secuenciación de la obra es tal y como se sucede la vida real…
A la vez, hemos comprobado que esta novela –y, seguramente, la obra en sí de la escritora- invita a coger otros caminos aledaños y, así, nos fuimos por el sendero de acontecimientos políticos, brevemente, del uso de la propaganda en tiempos de guerra, de la actitud que una persona tomaría ante dificultades similares a las descritas en el libro, de la posibilidad o no de cambio en las personas (la contertulia sentada inmediatamente a mi izquierda improvisaba una reflexión acerca del cambio sobre la que yo estaba enteramente de acuerdo), del miedo…

Como ven, la luz de Irène Némirovsky refulgió con fuerza y refulgirá en cada nueva persona que se asome a su obra. No dejen que se apague.

Concluyo la reseña- que no la lectura de su legado- con un fragmento de esta obra: “La certeza de mi libertad interior (…), que es un bien precioso e inalterable, y de que conservarlo o perderlo sólo depende de mí. De que las pasiones llevadas hasta el extremo, como ahora, acaban por apagarse. De que lo que había tenido un comienzo, tendrá un final. En una palabra, de que las catástrofes pasan y hay que procurar no pasar antes que ellas, eso es todo. Así que lo primero es vivir: Primum vivere. Día a día. Vivir, esperar, confiar.” (p. 221)


Isabel Rojas


De buena tinta

Para saber más les dejo unas notas de la historiadora Ana Portnoy


Irène Némirovsky con sus hijas


Colaterales

         A colación de "Nieve en otoño" de Irène Némirovsky, un dibujo de Tatiana Ivanovna en la mansión de la familia Karin, con sus enormes ventanales.

"Tatiana Ivanovna" de Paz Barreiro
Grafito sobre papel
30x41

Ya estamos en otoño

Némirovsky llegó con su tercera novela "Nieve en otoño" a nuestra primera sesión del Círculo sin Gara.
Nos encontró animadas alrededor de la mesa, rectangular, que en todas las reuniones nos prepara Izaskun con paciencia y esmero.

Transcurría la tarde y estuvimos de acuerdo en que Tatiana es la única protagonista y de cómo una construcción social, feudal, con toda su complejidad moral, puede delimitar y dirigir sentimientos personales, los de Tatiana hacia sus verdaderos hijos no existen o son casi nulos, condicionando maneras de vivir aún cuando la realidad conocida ha desaparecido.

La obra cuenta la vida de Tatiana Ivanovna, de cómo ha servido a sus señores, los Karin, toda una vida. Cuando la familia huye obligada por la Revolución Rusa, Tatiana continúa a su servicio en París. Pero nunca olvida su tierra natal, esperando la nieve difusa e irreal.

La autora prescinde de todo aquello que es innecesario, dando gran intensidad a las imágenes llenas de sentimientos conmovedores a lo largo de nueve capítulos, que pueden recordar a las series de televisión inglesas, en que la espera del siguiente episodio nos llena de impaciencia por saber la vida de su protagonista la nana Tatiana Ivanovna y la de su "familia" Karin.

Némirovsky nos describe una mujer fiel que quiere libertad y en su búsqueda encuentra su final.

De buena tinta y biografía


Biografía de Némirovsky escrita por su hija, Elisabeth Gille, escritora, traductora, con un extenso trabajo en editoriales. Editado en español por Circe


Perfil biográfico de Irène Némirovsky por la Editorial Salamandra, la misma que leímos "Nieve en otoño".



Un dato curioso, hay una ópera y una versión cinematográfica de 1931 basada en su obra "El baile". En marzo de 2010 se estrenó la ópera "Le bal" (El Baile) de Oscar Strasnoy en la Ópera de Hamburgo, con un libreto de Matthew Jocelyn.


Importante también es el diseño de las portadas de los libros que leemos,en este caso la ilustradora Mariana Laín, enriquece la publicación con sus creaciones.Ha realizado otros trabajos para la Editorial Salamandra.

Calidoscopio literario. Calidoscopio de emociones.

Escuchar. Aprender a ver. Encontrar una voz. Escribir. "Aprender graba en nosotros los recuerdos. En la niñez, el aprendizaje ...