La mujer no nace... (I)


     Ya está. Nos hemos zambullido. 

     Después de unos meses de titubeos y reconocimientos mutuos (personales y literarios), nos hemos decidido a abordar un clásico de la literatura feminista, El segundo sexo de Simone de Beauvoir, quizá porque hay una palabra –feminismo- que se cuela en nuestras tertulias y reclama protagonismo. Un primer encuentro o una lectura de juventud retomada; en cualquier caso, un vistazo a la raíz, al denominador común del discurso, a lo que creemos pensar y lo que pensamos ( y por qué, y de dónde). Es el primer ensayo en nuestro círculo, y vamos a leerlo despacito, parte por parte, para que no se nos escape casi nada.

     Nos tocaba comentar Los datos biológicos, primer capítulo del bloque destino. Y lo más interesante fue la forma en que lo hicimos: nos fuimos  sentando,  saludándonos, interesándonos por presentes y ausentes,
conversando y tejiendo tranquilamente un puente entre el terreno personal y la lectura, entre la experiencia cotidiana y el concepto biológico de mujer, aterrizando en el Café de Flora y la vida personal y profesional de la filósofa. Y sí, filósofa, como pocas veces se reconoce; mujer privilegiada por su mente, su atractivo físico y el entorno del que se rodeó. En este capítulo hace una extensa disertación sobre la reproducción animal y la humana, sorprendente por su detallismo y complejidad; ¿también era una apasionada de la zoología?

     Empezamos a centrarnos en el tema cuando Paz compartió con el resto sus impresiones sobre otro libro, El cerebro femenino, de Louann Brizendine, que nos llevó a hablar sobre el papel de las hormonas en la vida de las mujeres, el desarrollo de la neurociencia y sus implicaciones en la teoría de género. De Beauvoir menciona al respecto que la estabilización de las hormonas en el cuerpo femenino da lugar a un tercer sexo: las mujeres empiezan a ser invisibles y por ello, a actuar con mayor libertad. En este punto surgió la controversia entre lo biológico y lo social: ¿esa libertad, brindada por la invisibilidad, no es producto de lo social? ¿No da pie a pensar que las mujeres se sienten libres del rol que se les asigna, especialmente del aspecto reproductivo? Y esto, ¿es producto de las hormonas o de la estructura patriarcal? Aquí no hubo acuerdo; las posturas variaron desde el recelo hacia el discurso científico hasta la reivindicación del sustrato neurológico y hormonal para desterrar el discurso del alma (heredero de Santo Tomás). Todo lo más, se aceptó que las hormonas inciden en el comportamiento humano (no sólo femenino) pero no impiden su autodeterminación.

     Nuestra autora también mencionó la infancia. Desde el punto de vista biológico, el período de gestación y cría de la descendencia humana es largo, lo que implica para las mujeres un gran menoscabo de su libertad e independencia. Sin embargo, tanto el movimiento obrero como el feminista  consiguieron importantes logros en este sentido; logros que ahora están siendo acechados por la crisis económica. La conciliación entre trabajo productivo (el que se cobra) y trabajo reproductivo  (el que se se hace en casa y no se cobra) sigue siendo difícil; se dan contradicciones tales como que se culpa a las mujeres por no parir y al mismo tiempo hay empresas que no contratan a mujeres en edad fértil deliberadamente. La tasa de crecimiento es un asunto político, pero no lo es la oferta de garantías para las mujeres que quieran quedarse embarazadas. El rejuvenecimiento de la población está siendo protagonizado por mujeres extranjeras, que encuentran ayuda en la familia (modelo de familia extensa), y nos hace pensar en el modelo de familia europeo postindustrial, en contraste con otros como el islandés (a raíz la lectura de un artículo de prensa). 

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     Como ven, la tertulia no se basó en la lectura, pero estuvo planeando por encima de ella durante todo el tiempo. Fue como si comentáramos una película histórica, de la que ya conocemos la deriva que tomaron los hechos y que no podemos resistirnos a comentar. De esta lectura nos queda mucho todavía; y nos queda también otra parte importante, el contexto, del que creo que muchas podrán hablar y que espero impaciente para completar este pequeño puzzle. 

     Apunto la próxima fecha: 31 de enero a las 19.00 (lunes): capítulo II – El enfoque psicoanalítico. Es un texto pequeño, pero entre éste y el siguiente (el materialismo) se nos juntaba demasiado contenido… Y aprovecho y les propongo otra cosa: como sé que algunas no están muy familiarizadas con el blog o no les apetece publicar una entrada, pueden enviarme todos aquellos enlaces de artículos que les parezcan pertinentes/interesantes y yo los colgaré. Este capítulo, por ejemplo, se presta bastante en cuanto a contexto (el psicoanálisis). ¡Creo que tienen mucho que decir!

     Saludos sorores.

3 comentarios:

Izaskun dijo...

Gracias por tu impecable trabajo, querida Gara. Leer tus crónicas es como revisitar las tardes de los encuentros circulares enriqueciéndolos. Y ahora ya nos enlazas informaciones. ¿Se puede pedir más?

Gracias, niña querida. Eres un cielo.


Abrazo feminista.

Círculo de Lectura Irène Némirovsky. dijo...

Hola flor,
Estuve pensando hacer enlaces de los propios libros que vamos mencionando, pero claro, la mayoría de páginas en que salen los venden, y ya puestas lo ideal sería que el enlace apareciera dentro de la propia página de la Librería de mujeres... pero poco a poco, estoy segura, llegará.
Gracias por los ánimos, y besos.

Mayte Mederos dijo...

Mmm... Qué pena haberme perdido el primero, pero me relamo los bigotes de pensar en el segundo...

Gracias Gara, coordinadora imprescindible de este telar, por darnos las madejas necesarias para el bordado.

Besos a las que estamos y a l@s que vendrán.

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